El I CHING les ofrece el mismo gran augurio en el comienzo de 2010
Euge: Meditar sobre las líneas que se formaron en tu consulta.
Syl: te corresponde el texto hasta La Imagen o el Dictamen
http://www.akirarabelais.com/i/i.html#1
jueves, 11 de febrero de 2010
DIFFERENCE
Do you know what the difference is between self-confidence and self-esteem?
The difference is, you can fake confidence, but you cannot fake self-esteem.
That's because Self-Esteem is, at your core, "how you feel about you"... it's kind of hard to fake that.
Here's a FREE resource on building self-esteem.
In order to have genuine personal confidence, you must feel good about who you are.
Now, we all have our ups and downs... so how do we really know if we lack Self-Esteem?
Here are a few signs:
The difference is, you can fake confidence, but you cannot fake self-esteem.
That's because Self-Esteem is, at your core, "how you feel about you"... it's kind of hard to fake that.
Here's a FREE resource on building self-esteem.
In order to have genuine personal confidence, you must feel good about who you are.
Now, we all have our ups and downs... so how do we really know if we lack Self-Esteem?
Here are a few signs:
Fear of Failure
Procrastination
Feeling Unfulfilled Easily Frustrated or Angry
Feeling Unloved or Unlovable
Feeling Nervous or Shy
Being Indecisive
Do any of these feel familiar to you? Can you see how important healthy self-esteem is to us all in order to reach our full potential for happiness, fulfillment and success?
So get to work, first spot the weak points and then try to do something about them, take one at a time, that's wise. You' ll see that little by little true self-esteem grows on solid spiritual grounds.
In love and wisdom,
Sasha Xarrian
AQUELLA TORMENTA (de y para mi amiga Beatriz)
¿Pensarás en mi? ¿Recordarás mi nombre? ¿Buscarás aquella foto y me odiarás un poco?
Yo recuerdo. Recuerdo... y cada uno de aquellos momentos, de aquellos días se me clava en las manos y en los ojos.
Yo perdí. Perdí una y mil veces el camino. Y ahora que debo retomarlo, veo que todos aquellos pueblos están abandonados y sólo puedo instalarme en casas vacías a escuchar cómo azota el viento puertas y ventanas.
Me siento en el piso. Ahueco mis rodilas, las abrazo. Me quedo en cuclillas. Asustada. Esperando que la tormenta pase sin llevarse el techo o esperando que por esa puerta entres de una vez, para que se vaya el frío.
Fijo la mirada en la puerta y estoy segura de que mi deseo te traerá.
Estoy segura del milagro.
Que serás vos, y que seremos nuevamente. Que el tiempo no ha ensuciado los recuerdos, y me verás como aquella vez, de la misma forma que yo te recuerdo.
Las puertas crujen con más fuerza, los ruidos me aterrorizan.
Me despierto. La puerta principal sólo muestra oscuridad cuando se abre.
No vienes. Yo estoy sola. Y aún más porque descubro que no puedo creer en los milagros.
Me voy, cuando pasa la lluvia. Cuando el viento ha terminado de llevarse todos los papeles y las fotos.
Miro de nuevo alrededor, no hay nadie. Ni siquiera al mirar, me veo.
El viento también me ha llevado porque no tenía más raíces que tu recuerdo.
Camino muy liviana por un camino que alguna vez existió y voy perdiéndome definitivamente.
Cuando al fin llegas es tarde.
Ves mis sombras muertas, en las paredes, tomas algunas, las guardas en tu morral y te vas, desilusionado de mi, repitiéndote que no te esperé lo suficiente.
Una Vida
Una vida pasó entre nosotros
como un tren que sin aviso
cortara un pueblo en dos.
Ahora que no nos conocemos
tu libro cae en mis manos y leo...
aún tienes voz,
aún un pensamiento.
Ahora me consta,
no he sobrevivido.
Yo recuerdo. Recuerdo... y cada uno de aquellos momentos, de aquellos días se me clava en las manos y en los ojos.
Yo perdí. Perdí una y mil veces el camino. Y ahora que debo retomarlo, veo que todos aquellos pueblos están abandonados y sólo puedo instalarme en casas vacías a escuchar cómo azota el viento puertas y ventanas.
Me siento en el piso. Ahueco mis rodilas, las abrazo. Me quedo en cuclillas. Asustada. Esperando que la tormenta pase sin llevarse el techo o esperando que por esa puerta entres de una vez, para que se vaya el frío.
Fijo la mirada en la puerta y estoy segura de que mi deseo te traerá.
Estoy segura del milagro.
Que serás vos, y que seremos nuevamente. Que el tiempo no ha ensuciado los recuerdos, y me verás como aquella vez, de la misma forma que yo te recuerdo.
Las puertas crujen con más fuerza, los ruidos me aterrorizan.
Me despierto. La puerta principal sólo muestra oscuridad cuando se abre.
No vienes. Yo estoy sola. Y aún más porque descubro que no puedo creer en los milagros.
Me voy, cuando pasa la lluvia. Cuando el viento ha terminado de llevarse todos los papeles y las fotos.
Miro de nuevo alrededor, no hay nadie. Ni siquiera al mirar, me veo.
El viento también me ha llevado porque no tenía más raíces que tu recuerdo.
Camino muy liviana por un camino que alguna vez existió y voy perdiéndome definitivamente.
Cuando al fin llegas es tarde.
Ves mis sombras muertas, en las paredes, tomas algunas, las guardas en tu morral y te vas, desilusionado de mi, repitiéndote que no te esperé lo suficiente.
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Y... como todos entendemos de recuerdos como éste, Axemis te responde, Amiga:

Una Vida
Una vida pasó entre nosotros
como un tren que sin aviso
cortara un pueblo en dos.
Ahora que no nos conocemos
tu libro cae en mis manos y leo...
aún tienes voz,
aún un pensamiento.
Ahora me consta,
no he sobrevivido.
Iniciaciones poéticas y ángeles siempre presentes 1994...
Trilogía de una sed
I
Un reflejo blanco y el desierto
extendido en su amarillo.
¿Cuántas arenas llevará el viento este verano?
¿Cuántos ecos girarán en la ventisca?
Pasos de ángel rondan mi cuarto,
arropo tu sombra,
una y otra vez.
II
La sed no se saciará
volveré a mi desierto cada noche
que no pueda
volcar mis ojos en los tuyos.
III
Cómo es de vertiginosa la noche en que,
cruzando los brazos, en la quietud te quedas.
Y el cielo arrasa con sus nubes
el borde abierto de mi cara.
No es sólo mirar arriba
es...
ver tus pies hechos raíces
abrir la tierra en grietas
y saber
que no alcanzarás mi grito
cuando salte.
Trilogía de los valles
I
Blando valle blando
cuna del sol de la tarde
por su pastura se derrama luz
de todos los otoños
y navega la luna subiendo el silencio.
Silencio,
consuelo de la tierra.
II
Valle
pasturas que ondulan mi cabeza
sol,
buscas mi piel sin hallarla
luna,
platea unos huesos
toma,
mi nada.
III
Color de ángeles que pasan por mi cara,
ver la tarde caer desde la nube no es igual.
Cae, cae, no la sostengo
no cobijo su sol que tumba en el silencio,
ya no soy valle
ni verde
ni pastos.
Soy este color ... de ángeles que pasan por mi cara.
I
Un reflejo blanco y el desierto
extendido en su amarillo.
¿Cuántas arenas llevará el viento este verano?
¿Cuántos ecos girarán en la ventisca?
Pasos de ángel rondan mi cuarto,
arropo tu sombra,
una y otra vez.
II
La sed no se saciará
volveré a mi desierto cada noche
que no pueda
volcar mis ojos en los tuyos.
III
Cómo es de vertiginosa la noche en que,
cruzando los brazos, en la quietud te quedas.
Y el cielo arrasa con sus nubes
el borde abierto de mi cara.
No es sólo mirar arriba
es...
ver tus pies hechos raíces
abrir la tierra en grietas
y saber
que no alcanzarás mi grito
cuando salte.
Trilogía de los valles
I
Blando valle blando
cuna del sol de la tarde
por su pastura se derrama luz
de todos los otoños
y navega la luna subiendo el silencio.
Silencio,
consuelo de la tierra.
II
Valle
pasturas que ondulan mi cabeza
sol,
buscas mi piel sin hallarla
luna,
platea unos huesos
toma,
mi nada.
III
Color de ángeles que pasan por mi cara,
ver la tarde caer desde la nube no es igual.
Cae, cae, no la sostengo
no cobijo su sol que tumba en el silencio,
ya no soy valle
ni verde
ni pastos.
Soy este color ... de ángeles que pasan por mi cara.
miércoles, 10 de febrero de 2010
PUEBLO BLANCO, de Joan Manuel Serrat
Colgado de un barranco
duerme mi pueblo blanco
bajo un cielo que,
a fuerza de no ver nunca el mar,
se olvidó de llorar.
Por sus callejas de polvo y piedra
por no pasar, ni pasó la guerra.
Sólo el olvido...camina lento bordeando la cañada
donde no crece una flor
ni trashuma un pastor.
El sacristán ha visto
hacerse viejo al cura.
El cura ha visto al cabo
y el cabo al sacristán.
Y mi pueblo después vio morir a los tres...
Y me pregunto por qué nacerá gente
si nacer o morir es indiferente.
De la siega a la siembra
se vive en la taberna.
Las comadres murmuran
su historia en el umbralde sus casas de cal.
Y las muchachas hacen bolillos
buscando, ocultas tras los visillos,
a ese hombre joven
que, noche a noche, forjaron en su mente.
Fuerte pa' ser su señor.
Tierno para el amor...
Ellas sueñan con él,y él con irse muy lejos
de su pueblo. Y los viejos
sueñan morirse en paz,
y morir por morir,
quieren morirse al sol.
La boca abierta al calor, como lagartos.
Medio ocultos tras un sombrero de esparto.
Escapad gente tierna,
que esta tierra está enferma,
y no esperes mañana
lo que no te dio ayer,
que no hay nada que hacer.
Toma tu mula, tu hembra y tu arreo.
Sigue el camino del pueblo hebreo
y busca otra luna.
Tal vez mañana sonría la fortuna.
Y si te toca llorar
es mejor frente al mar.
Si yo pudiera unirme
a un vuelo de palomas,
y atravesando lomas
dejar mi pueblo atrás,
juro por lo que fui
que me iría de aquí...
Pero los muertos están en cautiverio
y no nos dejan salir del cementerio.
duerme mi pueblo blanco
bajo un cielo que,
a fuerza de no ver nunca el mar,
se olvidó de llorar.
Por sus callejas de polvo y piedra
por no pasar, ni pasó la guerra.
Sólo el olvido...camina lento bordeando la cañada
donde no crece una flor
ni trashuma un pastor.
El sacristán ha visto
hacerse viejo al cura.
El cura ha visto al cabo
y el cabo al sacristán.
Y mi pueblo después vio morir a los tres...
Y me pregunto por qué nacerá gente
si nacer o morir es indiferente.
De la siega a la siembra
se vive en la taberna.
Las comadres murmuran
su historia en el umbralde sus casas de cal.
Y las muchachas hacen bolillos
buscando, ocultas tras los visillos,
a ese hombre joven
que, noche a noche, forjaron en su mente.
Fuerte pa' ser su señor.
Tierno para el amor...
Ellas sueñan con él,y él con irse muy lejos
de su pueblo. Y los viejos
sueñan morirse en paz,
y morir por morir,
quieren morirse al sol.
La boca abierta al calor, como lagartos.
Medio ocultos tras un sombrero de esparto.
Escapad gente tierna,
que esta tierra está enferma,
y no esperes mañana
lo que no te dio ayer,
que no hay nada que hacer.
Toma tu mula, tu hembra y tu arreo.
Sigue el camino del pueblo hebreo
y busca otra luna.
Tal vez mañana sonría la fortuna.
Y si te toca llorar
es mejor frente al mar.
Si yo pudiera unirme
a un vuelo de palomas,
y atravesando lomas
dejar mi pueblo atrás,
juro por lo que fui
que me iría de aquí...
Pero los muertos están en cautiverio
y no nos dejan salir del cementerio.
INVENTARIO
Unas aguas
tumultuosas o calmas
siempre de esforzado tránsito.
Unas salidas,
unas cuantas,
tres o cuatro cuadras de calor.
Un andamio de premoniciones-
unas noches de seducción y magia
hasta un eclipse con historias de ánimas.
Un verde ...
un no verte más
y sin embargo,
una presencia para siempre.
tumultuosas o calmas
siempre de esforzado tránsito.
Unas salidas,
unas cuantas,
tres o cuatro cuadras de calor.
Un andamio de premoniciones-
unas noches de seducción y magia
hasta un eclipse con historias de ánimas.
Un verde ...
un no verte más
y sin embargo,
una presencia para siempre.
VIKARIA -para mi amiga Sue, enamorada de Calvino y sus Ciudades Invisibles.
Arribar a Vikaria no es posible en realidad, se llega sólo en antiguos barcos nórdicos. Los remeros indican a lo lejos un punto en la niebla y al desembarcar ya no se pisa terreno. Las naves de inmediato se retiran, como escapando del sutil abrazo blanco al que el viajero, sumiso, se entrega.
Es extraño el primer paso, hay una sensación de mundo y vacío y la vista no puede atrapar sino el fluir de ese todo vago que se esfuma a cada instante.
Los ciudadanos de Vikaria están siempre incompletos, en vaporosas túnicas marchan mutilados... allá va un cuerpo sin cabeza, aquí se alejan unas manos perfectas, por el medio un bello par de piernas griegas. Y comercian... comercian objetos inasibles a grandes valores de mercado. Es interesante poseer sin poseer uno de ellos. Tocarlo sin tocar, pesarlo mientras traspasa el hueco de las manos... perdiendo también el visitante en parte su sustancia.
Los paisajes de Vikaria son médanos y brisa pero no se conoce la aspereza de la arena, dicen que un consejo de ancianos hace mucho, determinó su futuro de bruma blanquecina. Dicen que un consejo de jóvenes determinó la inexistencia del pasado. Hoy, encuentran en Vikaria los viajeros, seres blandos, una ciudad sin contiendas ni pecados. Un terreno sin tierra, inacabado, una oportunidad, tal vez, de incompletarse, de aprender a no desear lo no posible.
Vikaria se despierta temprano quizá porque no duerme, sólo los visitantes precisan descanso de este mundo sutil e invertebrado.
Volver a Vikaria es improbable, cambia de lugar constantemente y los remeros del último siglo se resisten a llevarte. Algunos dicen haber oído cantos que seducen y empujan al borde inexplorado del mundo, otros se quejan de aires nuevos no respirables en las mutantes rutas vikarianas.
Estuve en Vikaria, hace ya tiempo. No regresaré aunque lo quiera. Como desnudo al borde del mar mis ojos son una ventana al punto blanco que cada día me saluda desde su deriva.
Es extraño el primer paso, hay una sensación de mundo y vacío y la vista no puede atrapar sino el fluir de ese todo vago que se esfuma a cada instante.
Los ciudadanos de Vikaria están siempre incompletos, en vaporosas túnicas marchan mutilados... allá va un cuerpo sin cabeza, aquí se alejan unas manos perfectas, por el medio un bello par de piernas griegas. Y comercian... comercian objetos inasibles a grandes valores de mercado. Es interesante poseer sin poseer uno de ellos. Tocarlo sin tocar, pesarlo mientras traspasa el hueco de las manos... perdiendo también el visitante en parte su sustancia.
Los paisajes de Vikaria son médanos y brisa pero no se conoce la aspereza de la arena, dicen que un consejo de ancianos hace mucho, determinó su futuro de bruma blanquecina. Dicen que un consejo de jóvenes determinó la inexistencia del pasado. Hoy, encuentran en Vikaria los viajeros, seres blandos, una ciudad sin contiendas ni pecados. Un terreno sin tierra, inacabado, una oportunidad, tal vez, de incompletarse, de aprender a no desear lo no posible.
Vikaria se despierta temprano quizá porque no duerme, sólo los visitantes precisan descanso de este mundo sutil e invertebrado.
Volver a Vikaria es improbable, cambia de lugar constantemente y los remeros del último siglo se resisten a llevarte. Algunos dicen haber oído cantos que seducen y empujan al borde inexplorado del mundo, otros se quejan de aires nuevos no respirables en las mutantes rutas vikarianas.
Estuve en Vikaria, hace ya tiempo. No regresaré aunque lo quiera. Como desnudo al borde del mar mis ojos son una ventana al punto blanco que cada día me saluda desde su deriva.
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