martes, 11 de septiembre de 2012


DE HUGO MUJICA

NOCHE ADENTRO Y NO DUERMO

A lo lejos, en un atardecer
en que el otoño
es un lugar en mi pecho,
comienzan a encenderse las ventanas, 
mi nostalgia
por estar donde bien sé que al llegar
volvería a estar afuera. 
Duelen los ojos de soñar tan a lo lejos 
la frente de pensar
lo impensable de tanta vida
que no he abrazado,
tanta deuda de lo que no he nacido. 
Poco a poco se apagan las luces, 
es el lindero de una noche y otra noche,
la frágil vecindad
             del miedo y la esperanza. 
El último día podría ser éste que termina,
esta noche
en la que aún escribo 
igual, pero sin una ausencia nueva
                                       para seguir esperando.

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